¿Y si al final el amor sí entra por la cocina?

in Holos&Lotus4 days ago (edited)

Saludos, amada comunidad de @holos-lotus. Deseo que todos estén viviendo un viernes hermoso.

En una de mis canciones preferidas del Dúo Camagüeyano Dulce Kapricho titulada “Más que nuestros”, hay un verso mágico y al mismo tiempo divertido que dice:

🎶¿Quién dijo que el amor, entra por la cocina? Si me tomo hasta el café, aunque sepa a yerba mala, si esto no es amor dime qué es, que ya empecé a sentir...revolotear de alas 🎶

Por cierto, antes de continuar, aquí te dejo un link por si te interesa conocer más sobre estos jóvenes músicos, unidos en la vida y en el arte: https://ecency.com/hive-10053/@yuraimatc/un-dulce-kpricho?referral=yuraimatc

Pues, retomando el verso musical del inicio de mi post, he de confesarles que, cuando me casé con mi esposo, tenía apenas veintidós años y, aunque no era del todo improductiva en los menesteres de la cocina, tampoco era muy “ducha” en ese asunto, como decimos en buen cubano. Tenía un limitado conocimiento adquirido de mi mamá, pero realmente no le había puesto interés, ya que, en ese entonces, la idea de llevar un hogar, de ser esposa no estaba dentro de mis planes inmediatos.

Enfocada en mi carrera universitaria, en la literatura y en las escapadas con amigos, llegué a burlarme del solo hecho de imaginar el matrimonio, vanagloriándome en la idea —ingenua de mí— de que estaría por siempre soltera. Perteneciéndome a mí y a nadie más. Después de todo, pensaba yo, ¿quién iba a arriesgarse al mar bravío, a un corcel sin ataduras, a la terquedad más dura?

Pero como del amor y de la muerte nadie se escapa, una tarde de octubre quedé atrapada en los ojos más limpios y bonitos y cuando vine a darme cuenta ya estaba diciendo: Sí.

Recuerdo que, conocedora del dicho de: “barriga llena corazón contento”, intenté a toda costa hacer arte en la cocina. Pero esos primeros intentos no fueron para nada un éxito. Jamás olvidaré la ocasión en que casi se atraganta el pobre con una espina de pescado mal desmenuzado, o el día en que sacó de su plato de potaje un diente de ajo grande, entero, aún con su cascara y sonriendo travieso, dijo: Toma, guárdalo que para mañana podemos usarlo de nuevo.

Sin embargo, para alegría mía y bienestar físico de él: aprendí, poco a poco, los trucos que poseen las madres y las abuelas, para que su sazón resulte inolvidable.

Aquí les comparto algunas fotos de los platillos que he preparado en diferentes ocasiones para mi familia. Y prometo, más adelante, llegarles en otro post con las recetas y las elaboraciones de algunos bocadillos de estas fotos, según el que ustedes prefieran.

Arroz Imperial


Tambor de puré de plátano verde, relleno de carne y queso, revestido de Mayonesa casera.


Arroz moro y camarones picantes


Alita de pollo frito empanizado


Pudín de pan, coco y esencia de vainilla


Coquito Acaramelado

Torrejas dulces

Lo cierto es que nunca más volvió a atragantarse con un pescado mal preparado, ni con un diente de ajo a medio pelar. El punto de sal dejó de oscilar entre “salado como el mar” y desabrido como “yuca sin sal”.

Él también aprendió a sorprenderme con platillos deliciosos. Llegaba, a veces, de la emisora después de todo un día de trabajo, dispuesta a transformarme en cocinera con delantal y cabellos atados, pero resulta que ya él se había transformado antes.

Y en esos momentos ni siquiera importa tanto el sabor de la comida, sino la exquisita sensación de sentirte valorada, cuidada, amada.

Encontramos así un punto medio, un balance, no solo en intensidad, sabores, cocción, sino también en la vida. Logré convertirme en la esposa que jamás imaginé ser, sin dejar de crecer como profesional y como persona.

Este post fue redactado sin el uso de IA. Las fotos me pertenecen y los banners fueron creados en la aplicacion Canva.

Greetings, beloved community. I hope everyone is having a beautiful Friday.

In one of my favorite songs by the Camagüeyan Duo Dulce Kapricho titled “Más que Nuestros”, there is a magical and at the same time fun verse that says:

🎶Who said that love enters through the kitchen? If I even drink coffee, even though it tastes like bad grass, if this is not love, tell me what it is, because I've already started to feel... fluttering with wings🎶

By the way, before continuing, here is a link in case you are interested in learning more about these young musicians, united in life and art: https://ecency.com/hive-10053/@yuraimatc/un-dulce-kpricho?referral=yuraimatc

Well, returning to the musical verse at the beginning of my post, I have to confess that, when I married my husband, I was barely twenty-two years old and, although I was not completely unproductive in kitchen tasks, I was not very "skilled" in that matter, as we say in good Cuban. I had a limited knowledge acquired by my mother, but I had not really been interested in it, since, at that time, the idea of running a home, of being a wife, was not within my immediate plans.

Focused on my university career, literature, and getaways with friends, I came to mock the very idea of marriage, boasting in the idea—naive of me—that I would be forever single. Belonging to me and no one else. After all, I thought, who was going to risk the rough sea, a steed without ties, the hardest stubbornness?

But since no one escapes from love and death, one October afternoon I was trapped in the cleanest and most beautiful eyes and when I realized I was already saying: Yes.

I remember that, knowing the saying: “full belly, happy heart”, I tried at all costs to make art in the kitchen. But those first attempts were not a success at all. I will never forget the occasion when the poor man almost choked on a poorly crumbled fish bone, or the day when he took out of his bowl of stew a large, whole clove of garlic, still with its peel and smiling mischievously, he said: Here, save it so that tomorrow we can use it again.

However, to my joy and his physical well-being: I learned, little by little, the tricks that mothers and grandmothers have, so that their seasoning is unforgettable.

Here are some dishes that I have prepared on different occasions for my family. And I promise, later, to come to you in another post with the recipes and preparations of some sandwiches in these photos, depending on which one you prefer.

Imperial rice


Drum of mashed green banana, filled with meat and cheese, covered with homemade Mayonnaise


Moro rice and spicy shrimp


Breaded fried chicken wing


Bread pudding, coconut and vanilla essence

Caramel coconut

Sweet torrejas

The truth is that he never again choked on poorly prepared fish or on a half-peeled clove of garlic. The salt level stopped oscillating between “salty like the sea” and tasteless like “cassava without salt.”

He also learned to surprise me with delicious dishes. Sometimes I would come home from the station after a whole day of work, ready to transform into a cook with an apron and tied hair, but it turned out that he had already transformed before.

And in those moments it's not even the taste of the food that matters so much, but rather the exquisite feeling of feeling valued, cared for, loved.

Thus we find a middle point, a balance, not only in intensity, flavors, cooking, but also in life. I managed to become the wife I never imagined being, while continuing to grow as a professional and as a person.

This post was written without the use of AI. The photos belong to me and the banners were created in the Canva application.

Sort:  

Conseguí convertirme en la esposa que nunca imaginé ser, mientras crecía como profesional y como persona.

El amor puede ir en cualquier dirección en la vida, puede ser en la cocina o en una simple merienda compartida en matrimonio, pero, nunca debe disminuir, sino ayudar a que cada individuo crezca como persona y profesional. Este es tu gran secreto.

Feliz tarde.

Así es. Y lo mejor es que logramos crecer juntos. Éramos dos niños jugando a ser adultos. Inexpertos, inmaduros. Pero nos tomamos de las manos y decidimos no soltarnos, no permitir que ni uno ni otro quedara rezagado en el camino.

Gracias por ese comentario tan hermoso.

Edificativo y reflexivo comentario.

Feliz tarde. Éxito.

Oye yo quiero coquitooooooooooooooo, eso luce de película, con lo que me gusta ese dulce y con lo raro que es de ver en Cumanayagua.

Sería genial hacer una "mesa cubana", todos los del grupo a orillas de aquel río hermoso que compartiste en tu post, hace ya varios días.
Naturaleza, amigos y comida... habrá mejor manera de pasar una tarde que esa?

A mi me gusta mucho la cocina y creo que es algo importante en nuestro crecimiento. No comer por comer sino como medio de vínculo familiar y creatividad. Éxito

Gracias, Iris querida. Yo me quedo encantada con tus post culinarios. Y con el arte que tienes para decorar los platillos.

Ya veré los tuyos

Tuti, yo quiero probar todas esas recetas , vaya. Hay algunas ahí que yo misma he preparado pero el sazón ajeno sabe mejor jjjjjj. Esa familia está muy bien alimentada y estéticamente educada con la creativa presentación del platillo.

Gracias, mi corazón.
Realmente tu familia hermosa también está bien cuidadita, pues las recetas que compartes a menudo aquí en @ecency son espectaculares.

🙏🏻🙏🏻🙏🏻🤗🥰

Todavía me queda la duda de si esos platillos fueron hechos por ti o por tu maravilloso esposo... (bromeando 😉)
Lo cierto es que tienes una increíble suerte de tenerlos y él de tenerte a ti.

Bueno, bueno, estos platillos de las fotos sí son míos, jjjaja.
Pero ojalá pudieras un día degustar la sazón de "marido". Es realmente un artista en eso del equilibrio de sabores.

todo se ve muy delicioso, si ayuda el cocinar 😊

Muchas gracias 🥰.
Como decía mi abuelita: aprender no ocupa espacio 🤭.
Y si en ese proceso de aprender no solamente somos felices nosotros, sino que, además, hacemos felices a otro, es negocio redondo. 🥰