Todo lo que sucede en Venezuela será un caso de estudio. A nivel sociológico y psicológico, lo que ocurre ahora es extraño. Los venezolanos sabemos lo que puede ocurrir, ante tal eventualidad seguimos con normalidad nuestra vida, vamos a la playa, salimos a comer y hacemos nuestras compras. Esto socialmente es dañino, la sociedad calla. La normalidad es opresiva, me explico, el escenario actual nos ha privado de hablar y expresarnos con normalidad.
Comprendo, hay temor, pavor o miedo. Por eso la gente actúa de este modo. Nada es normal en un país con 600 puntos de inflación acumulada mensualmente. Pero es la misma venda colocada en un país que nunca entró al siglo XXI y está eternamente sometido al pasado.