Completely agreed.
Mi mamá a veces discute conmigo porque ella es súper católica y me dice que haga oraciones, que rece en la forma en que ellos lo hacen, y a mí no me gusta. Me siento muy hipócrita cuando lo hago, entonces prefiero no hacerlo. Yo hablo con Dios a mi manera, así como hablo con cualquier amigo, y así siento una conexión más sincera y real.
Verdaderamente hay personas que más allá de religiosas o creyentes son un poco fanáticos y a mí nunca me ha gustado la proyección de este tipo de.personas y mucho menos lidiar con ellas. Los fanáticos no dejan lugar a explicación, no dan cabida a otra cosa que no sea el tema que los fanatiza y no existe nada más a parte de eso. Que una persona vaya a la iglesia y rece no la hace mejor o más creyente que otra que no lo haga. Veo eso como cualquier otra organización, como el partido de mi país que de alguna manera sostiene que para amar está tierra tienes que pertenecer a su organización y no hay criterio más lejano de la realidad y más fanático que ese.
Esa es la palabra: fanatismo. El fanatismo los ciega y no los deja ver más allá de sus creencias limitadas.
Yo pienso que cada cual es libre de creer en lo que quiera y con la intensidad que quiera. Lo que no se puede pretender es que las personas crean en lo mismo que tú crees ni en la misma manera. Es ahí donde aquellas personas que son fanáticos no entienden o no flexibilizan. En la vida todo No es blanco y negro. Además de que ningún criterio personal es absoluto y ninguna creencia es superior. Es solo cuestión de respeto y de entender que cada cabeza es un mundo diferente al de uno y uno no puede pretender que las personas cambien su mundo por entrar al nuestro.
Si en el mundo se respetaran todas las creencias, sin conflictos y sin buscar menospreciar a los demás, en el mundo no existieran guerras.