El sabor del ají definitivamente es único, el toque que le aporta a las sopas especialmente a las de pescado es divino, mi papá que es perito agrónomo y siempre me ha explicado eso mismo, jamás podrá ser igual el sabor de un ají que siembran aquí que en otras tierras, ya que los minerales que poseen nuestras tierras es lo que lo que hace distinto. Aquí son dulces, en cualquier otro tipo de tierra, pican mucho, la forma del ají es distinta aquí al igual que el tomate margariteño, su forma es distinta. Definitivamente son nuestras tierras únicas.